HISTORIA

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y cielos despejados, tres hermanos llamados Luigi, Mena y Tina. Ellos habían pasado por una gran tristeza, pues recientemente habían perdido a sus padres en un trágico accidente. Su abuelo, Maurelio, un hombre sabio con un corazón lleno de amor, no soportaba verlos tan tristes.

Maurelio, con su chispa de inventor y soñador, decidió hacer algo extraordinario para devolverles la alegría. Se embarcó en un proyecto secreto, construyendo en un valle oculto entre las montañas un castillo que no era como cualquier otro. Este lugar mágico, llamado "Game Park Tepeyacatl", era un parque de diversiones lleno de juegos asombrosos y atracciones diseñadas para hacer sonreír a cualquiera. En el castillo había toboganes que serpenteaban por las torres, un laberinto lleno de misterios, una zona de videojuegos, un taller de arte, una cancha de fútbol e incluso un spa para relajarse.

Un día, Maurelio llevó a Luigi, Mena y Tina al castillo sin revelarles lo que había estado construyendo en secreto. Los niños no podían creer lo que veían cuando llegaron. “El Castillo Mágico Game Park Tepeyacatl” brillaba bajo el sol, con torres imponentes y colores vibrantes. "Este es para ustedes," les dijo su abuelo con una cálida sonrisa, "para que siempre tengan un lugar donde reír y ser felices."

Dentro del castillo, había todo lo que pudieran desear. En la entrada principal, se encontraba una gran zona de juegos inflables, donde los niños podían rebotar y reír sin preocupaciones. Luigi corrió hacia un enorme inflable, mientras Mena y Tina exploraban el castillo, riendo y creando sus propias aventuras. Cerca, una zona de brincolines ofrecía nubes esponjosas para saltar, y playgrounds llenos de toboganes y puentes colgantes estaban listos para que los exploraran.

Mientras exploraban el castillo, encontraron una pequeña puerta secreta en una de las torres más altas. Al abrirla, se encontraron con un juguete muy especial: un dinosaurio llamado Rex, de color verde brillante y con una gran sonrisa. Sin embargo, este no era un juguete cualquiera. Cuando Luigi lo tocó, Rex cobró vida. "¡Hola, amigos! Soy Rex, y estoy aquí para que la diversión nunca termine," dijo con entusiasmo.

Desde ese momento, Rex se convirtió en su inseparable compañero de aventuras. Juntos, los hermanos y su dinosaurio recorrieron cada rincón del castillo. Descubrieron toboganes escondidos que los lanzaban desde lo más alto del castillo y participaron en batallas de bolas de nieve mágicas que nunca se derretían.

Pero eso no era lo único especial del castillo. Había algo más mágico en este lugar: los niños no podían envejecer dentro de sus muros. Cada vez que cruzaban las puertas del castillo, el tiempo parecía detenerse. Los días pasaban, pero ellos seguían siendo los mismos niños llenos de energía, listos para descubrir nuevas aventuras. Esto les permitía vivir infinitas experiencias, siempre niños, siempre llenos de alegría, por lo que decidieron quedarse para siempre en el Castillo Mágico.

El castillo también escondía increíbles atracciones que iban más allá de lo que podían imaginar. En la zona de simuladores, podían volar como pájaros sobre paisajes mágicos, conducir autos de carreras futuristas o explorar galaxias lejanas sin moverse del suelo. Luigi era el mejor en los simuladores de vuelo, mientras Mena prefería los de aventuras espaciales, y Tina siempre se inclinaba por los simuladores submarinos, donde podía nadar entre criaturas fantásticas.

Para los días llenos de energía, había una cancha de fútbol en la parte trasera del castillo, rodeada de jardines. Allí, Luigi organizaba partidos épicos con sus hermanos y Rex. A veces, incluso el abuelo Maurelio se unía a los juegos, convirtiéndose en el portero más difícil de vencer. Cada partido estaba lleno de risas y competencia amistosa, con Rex siempre corriendo de un lado a otro, aunque no siempre entendía las reglas.

En otro rincón del castillo, Mena y Tina encontraron su lugar favorito: el taller de arte. Este taller estaba lleno de pinceles, lienzos, arcilla y todos los materiales que pudieran imaginar. Las paredes del taller estaban cubiertas de las creaciones mágicas que los niños hacían. Mena, con su creatividad infinita, pintaba cuadros llenos de colores brillantes y formas fantásticas, mientras Tina prefería moldear criaturas de arcilla que parecían cobrar vida bajo sus dedos. Rex, aunque no tenía mucha habilidad para el arte, siempre estaba allí para animarlas, aplaudiendo sus creaciones. Cuando querían relajarse, el spa les ofrecía mascarillas que los relajaban. Podían pintarse las caritas de la criatura que querían ser, y algo que fascinaba a Mena y a Tina era peinarse y arreglarse las uñas.

Maurelio observaba todo desde lejos, con una sonrisa llena de satisfacción. Sabía que, aunque el dolor por la pérdida de sus padres nunca desaparecería por completo, el Castillo Mágico Game Park Tepeyacatl les ofrecía un refugio donde podían reír, jugar, crear y vivir nuevas experiencias, siempre niños, siempre juntos.

Cada día, el castillo cambiaba y revelaba nuevas sorpresas, como si respondiera a los deseos y sueños de los niños. Ya fuera un carrusel de unicornios voladores, un nuevo simulador o una misteriosa puerta que llevaba a otro rincón del castillo, siempre había algo nuevo por descubrir.

Y así, Luigi, Mena, Tina y su inseparable amigo Rex vivieron innumerables aventuras en el Castillo Mágico Game Park Tepeyacatl, un lugar donde el tiempo no pasaba, donde la alegría y la risa se renovaban día tras día, y donde siempre había una nueva aventura esperando ser vivida.

Misión

    Ofrecer un ambiente familiar y divertido, mediante un servicio de calidad. Generando espacios recreativos, con juegos y atracciones. Buscando la mejor experiencia para nuestros clientes.

Visión

    Consolidarnos como uno de los parques de recreación familiar más importantes de la región, conocido por la diversión y una experiencia única para todas las edades y por el excelente servicio al cliente.

Valores

    Seguridad: La seguridad de nuestros visitantes es nuestra máxima prioridad. Trabajamos constantemente para garantizar un ambiente seguro y libre de riesgos.

    Innovación: Estamos en constante evolución, buscando nuevas formas de sorprender y entretener a nuestros visitantes.

    Compromiso: Estamos comprometidos con la responsabilidad de brindar la mejor experiencia para nuestros visitantes.